Al hablar de bordados personalizados, queremos decir muchas cosas. Tantas como tú quieras expresar. Profesionalidad, creatividad, originalidad, estilo... son solo palabras hasta que tu logo, tus iniciales, tu nombre, la frase que te motiva o el dibujo que te obsesiona irrumpen sobre tu ropa con matices infinitos.
Recordamos a cada persona y cada empresa que ha confiado en nosotros y, si vemos uno de nuestros trabajos, lo reconocemos al instante. Cuando hagas tu pedido entenderás por qué: queremos lo que tú quieres, buscamos el bordado que hay dentro de tu cabeza para sacarlo fuera, convertimos tu deseo en el nuestro durante todo el proceso creativo. Y algo así no se olvida de un día para otro.
Y en honor a ese respeto que nos inspiras, no te aburriremos explicando lo buenos que somos, la excelente calidad de nuestros bordados o cuán satisfechos están nuestros clientes. Tu tiempo es demasiado valioso para que te obliguemos a leer ese discurso una vez más.
Esas afirmaciones solo tienen sentido si las haces tú.
Esta historia se remonta a 1962, pero no te asustes, no te la vamos a contar entera. Fueron nuestros padres quienes empezaron esto; hoy, lo continúan nuestros hijos. Los tiempos han cambiado. Ya sabes: se ha hecho difícil no ser aplastados por las multinacionales, sobrevivir a un mercado voraz que lo ha reducido todo a números.
Pero seguimos aquí, convencidos de que lo que hacemos merece la pena porque rendirse nunca ha sido una opción. En lugar de eso hemos crecido, evolucionado y reinventado nuestros servicios. De hecho, si nos visitas en Asturias podrás conocernos tras el mostrador de la Tintorería Vergés: el mismo lugar donde empezó nuestra historia de amor con los bordados (que, para ser sinceros, ¡son muchísimo más divertidos!).
La paciencia y la minuciosidad que hacen falta para trabajar en una tintorería nos han ayudado a desarrollar un superpoder: una visión de rayos X que detecta imperfecciones minúsculas. Eso nos ha convertido en maestros del bordado casi por casualidad.
Otra razón es que la gente se va mucho más feliz con un bordado nuevo que con una prenda limpia y esa felicidad es contagiosa. La dejan tras de sí cuando salen de la tienda. Y no solo eso: nos recomiendan, vuelven con más prendas para bordar, cuentan con nosotros para hacer regalos personalizados, nos confían sus uniformes, nos retan cada día para ser más creativos.
Y eso nos hace sentir realizados, orgullosos y agradecidos.
Oh, disculpa. Esa era la pregunta que queríamos responder desde el principio. Ya te hemos contado que somos una empresa familiar o, si lo prefieres, una familia que se ha hecho más grande y fuerte en torno a un proyecto común. Cada uno aporta su talento, su entusiasmo y su modo único de ver las cosas.
Poco a poco, la familia Vergés se ha convertido en la familia mibordado.es:
Padre, gerente y voz de la experiencia.
Madre, artesana y fuerza de la naturaleza.
Hijo, diseñador y potencia creativa.
Nueva generación y energía en estado puro.
Perfeccionismo y delicadeza a la máxima potencia.
La experta atención al cliente hecha sonrisa.
Eficacia y precisión a la velocidad de la luz.
Guardián del orden y la logística.
Seguro, fiable y con el don de la ubicuidad.